BLOG 86

Una combinación de 3 ó 4 cosas me mantuvieron lejos de mi computadora por algo de tiempo, pero aquí vamos...

Incluso cuando conocí a Freddie en 1979 no usaba mucha joyería. Los días de las cadenas, collares, anillos y brazaletes habían quedado atrás junto con el cabello largo. A medida que su cabello se hacía más corto, su gusto por usar cosas brillantes disminuía de igual forma. Esto no quiere decir que hubiera dejado de comprarlas del todo, lo hacía principalmente para otras personas. Yo estuve presente cuando compró algunas chucherías para Mary y cuando estaba esperando en el Aeropuerto de Tokio luego que cambió un vuelo, compró unas hermosas perlas para su mamá. Fue en 1981, cuando estábamos juntos Freddie y yo en Nueva York, que anunció que iría de compras en la mañana de mi cumpleaños. Yo iba a arreglar que viniera su carro, cuando dijo que ¡iríamos caminando! Caminando, ¿en Manhattan? Sí, no es lejos. Estábamos quedándonos en el Hotel Berkshire Place en la calle 52, y cruzamos la calle hacia Cartier. Entramos y él empezó a mirar. Un vendedor le preguntó si estaba buscando algo en particular. Freddie respondió “Sí, uno de sus brazaletes de oro y ónix”. Se sintió decepcionado cuando le dijeron que no tenían en existencia. Yo pregunté que por qué ese brazalete en particular, y dijo que era porque él había tenido tres antes. ¿Por qué tres? “Bueno, cuando caminaba, accidentalmente golpeaba mi muñeca contra las cosas y el ónix se despedazaba ¡y se caía!” Al final, encontró uno dentro de sus nuevas líneas de productos, era un brazalete Love que se atornilla en la muñeca, y lo compró para mí. También compró un par de diamantes del tamaño de una mesita de café cuando estaba en Sudáfrica. Había estado encerrado en su cuarto por sus problemas en la garganta, y decidió ver algo de joyería. No pude dejar de sonreír cuando vi esas dos piedras sobre el cojín de terciopelo. Los ojos de Freddie brillaron como diamantes cuando dijo, “¡Sí, los compraré!”
En los últimos años solía usar una sola joya, un anillo que le había dado Jim. Lo siguió usando hasta sus últimos días.
 
Me siguen llegando preguntas sobre los atuendos de Freddie. Al principio usaba ropa que compraba en diferentes puestos de ropa usada. Los trajes de diseñador iniciaron con Zandra Rhodes. Después de eso, él organizó su propio guardarropa durante un tiempo. Recuerdo la primera vez, cuando ya estaba con Queen, rastreando por las calles unos pantalones rojos de tela sintética y unas rodilleras azules. Para el tour de Hot Space se usaban flechas. Freddie decidió lo que quería usar, y varias piezas de ropa se hicieron especialmente en Los Ángeles, incluyendo la MUY cara chaqueta de flechas multicolores que sólo usó dos veces, debido a que Freddie sudaba muchísimo y era muy difícil quitársela. No fue sino hasta que Diana Moseley apareció en escena cuando diseñó el atuendo para el video de I Was Born To Love You, que Freddie tuvo un colaborador para realizar sus diseños. A partir de entonces, y hasta su última presentación en video, Diana estuvo a su lado creando lo que mejor le quedaría para cada ocasión. Algunas veces, Freddie quería algunas piezas muy raras pero Diana lo hacía aterrizar sus ideas y él quedaba muy contento con los resultados. Ella también creó unas piezas de ropa interior térmica especial para él, para las tomas de video del último año.

¿Cómo se preparaba Freddie para los conciertos? La vida era normal, básicamente. No tenía un régimen deportivo como tal. Era la única persona que he visto que tuviera dos gimnasios completos en casa, uno en Nueva York y otro en Los Ángeles, y no los usara jamás. Los compró para el uso de sus amigos. Para los días en que tenía shows, probablemente hablaba menos que lo habitual, y una vez que llegaba al venue se quedaba tranquilo. Siempre tenía su bebida caliente de limón y miel a la mano. Cerca de una hora antes del show, Trip Khalaf, el ingeniero de sonido, vendría al vestidor. Freddie hacía pruebas con su voz, y si no tenía problemas con sus registros más agudos, Trip sabía que podría mantener la voz de Freddie sobre la mezcla para las notas altas. Si había algún problema, Trip sabía que debía de poner la voz aguda de Roger en la mezcla, y Freddie cantaría una octava más abajo. Luego de ponerse su maquillaje y atuendo, Freddie empezaría lentamente a calendar su cuerpo y su voz, tal como lo ven en los videos, antes de entrar en escena.
 
Aparte de su adorado Londres, el otro lugar favorito de Freddie en el planeta era Japón. Amaba todo sobre Japón, ¡excepto el sushi y el sashimi! Tenía una adorable colección de cajas laqueadas, muchos de sus muebles tenían motivos japoneses, muchas de sus vajillas y porcelanas eran de ahí, y fue reconocido en algún momento como el poseedor de la colección privada más grande de impresos en bloques de madera japoneses en el Reino Unido. También tenía numerosas muñecas Hakata, eran de porcelana pintadas con colores muy realistas, dentro de exhibidores de vidrio, esparcidas por toda la casa.

Una de sus personas favoritas era Misa Watanabe, quien era su guía personal en Japón. Ella y su esposo tenían muchísimas propiedades ahí. Él era el Sr. Suntory, y Misa era editora musical, entre otras responsabilidades. Era grandioso caminar por la tienda departamental después de la hora del cierre y toda la gente que trabajaba ahí se tenían que quedar esperando tras sus mostradores hasta que Freddie hiciera su ronda y eligiera lo que quisiera, para que fuera luego debidamente empacado y enviado a su hotel. El pago era arreglado por Misa más adelante. Freddie sentía un tipo de felicidad en Japón que no encontraba en ningún otro lugar. La vida era tan apresurada y Tokio siempre estaba tan lleno, pero él constantemente lo encontraba como un buen lugar para recargar sus energías. ?
De nuevo, la comida y las bebidas están apareciendo en las preguntas con cierta regularidad. Por lo general, siempre era té por las mañanas, champaña/vino por la tarde junto con comida, y vodka tonic en la noche. En cuanto a las marcas, generalmente siempre teníamos las mismas en los tiempos en que estábamos en Garden Lodge. El té era Twinings Earl Grey, dos de azúcar y algo de leche. La champaña era usualmente Louis Roederer Cristal y el vino blanco era su favorito importado de Suiza, San Saphorin. Freddie, de hecho, sabía bastante sobre vino, y él sabía cuál querría con las diferentes comidas con sus amigos. Su vodka favorito era el Stolichnaya, pero en algunos países no estaba disponible, así que lo sustituía por Moscovskaya, en realidad era lo mismo, bajo un nombre distinto. Schweppes era su mezclador preferido.
 
En cuanto a la comida; cuando empecé a trabajar para Freddie, él amaba la comida condimentada, no necesariamente picante, sino con una buena mezcla de especias. Esto es lógico si piensas en su lugar de nacimiento, Zanzibar, la isla de las especias, y en que su mamá seguramente le preparaba muchos platillos tradicionales parsi. Durante mi tiempo con Freddie, él disfrutaba de la “comida casera” tradicional, así como de la comida de restaurantes gourmet de 5 estrellas. Él solía decir que en casa quería comida de mamá… Para las comidas de lujo, habían suficientes restaurantes de dónde escoger. A medida que su enfermedad progresaba, sus papilas gustativas se dañaron y no podía disfrutar de sabores fuertes. En esos tiempos, empezamos a cocinar comida con mucho menos especias y preparábamos cosas fáciles de comer. Un perfecto ejemplo de esa evolución son los huevos revueltos. Al principio, siempre los cocinaba al estilo hindú con chile y especias, tal como los recordaba de su juventud, pero durante el último año, los servía con solamente con un poco de sal y pimienta. Hay una liga al libro de cocina que saqué el año pasado que les proporcionará una buena idea de lo que se le servía a Freddie a través de los años.
 
¡Cuídense, hasta la próxima vez, y espero ver a algunos de ustedes en algún lugar del mundo durante este año!